Universidad Distrital Francisco Jose de Caldas

Institución oficial de educación superior del Distrito Capital de Bogotá, en Colombia. Lleva su nombre en honor a Francisco José de Caldas prócer y mártir de la independencia de la Nueva Granada, destacado participante de la Expedición Botánica, investigador e inventor del hipsómetro.

Secretaria de educacion

La Secretaría de Educación del Distrito Capital fue creada mediante el Acuerdo Número 26 del 23 de mayo de 1955, del Concejo de la ciudad. Hace parte del sector central de la administración distrital, en cabeza de la Alcaldía Mayor de Bogotá.La Secretaría de Educación del Distrito Capital es la entidad rectora de la educación preescolar, básica (primaria y secundaria) y media en Bogotá.

AHILA (Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos)

es una institución, sin fines de lucro, que a lo largo de veinte años de labores sin interrupción, ha logrado reunir más de 300 especialistas vinculados con todas los mayores centros de docencia e investigación de Europa. Sus lenguas oficiales son el español y el portugués.

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lunes, 6 de junio de 2011

¿Por qué el M-19, a pesar de la enorme popularidad de la que gozaba y de que sus militantes eran grandes intelectuales, desapareció?­

Jorge Eduardo Forero Torres  (20111025042)
Julián Enrique García  (20111025048)
Luis Eduardo Gómez  (20111025051)
Estudiantes de primer semestre  de la Universidad Distrital Francisco Jose de Caldas de Ingeniería Catastral y Geodesia, GRUPO 62. 


Ensayo Final De Historia y Cultura Colombiana

SIMILITUDES DEL FIN DE “DOS MARAVILLAS”

Pensemos en el antiguo y poderoso Imperio Griego. Con “la agilidad y rapidez de un leopardo”, este reino atravesó Asia Menor, se desvió hacia el sur para invadir Egipto y luego prosiguió hasta el límite con India, conquistando todo a su paso; los dominios Helénicos comprendieron Macedonia, Grecia y el imperio Persa. Estas hazañas militares estuvieron a la cabeza de “un joven rey”: Alejandro Magno. ¡Qué prosperidad poseía aquel reino bajo la batuta de ese general de rubios cabellos! Sin embargo, tal monarca cedió a la bebida y empezó a hacer caso a denuncias falsas, cosa que lo llevó a la falta de claridad en sus exhortaciones. Al final murió de malaria, y su esplendoroso reino quedó dividido en cuatro partes tras la muerte de sus hijos Alejandro IV y Heracles: los generales Casandro, Lisímaco, Seleuco y Tolomeo reinaban en ese momento, pero la prosperidad de antes desapareció. El imperio Griego cayó en el año 30 a.E.C. Ahora bien… ¿por qué mencionamos lo anterior en este escrito? La respuesta es muy sencilla: porque si hacemos un  paralelo entre la caída de la supremacía Helena y la del grupo guerrillero M-19, hallaremos ciertos puntos relativamente en común, los cuales nos ayudarán a explicar los motivos de la desaparición de esa organización revolucionaria (no haremos tanto énfasis en las ideologías de esos guerrilleros, en vista de que son de extensa divulgación). Pero antes de ello, recordemos las generalidades de esta estructura.
Perfil del M-19
El Movimiento 19 de Abril (abreviado M-19) fue una ordenación revolucionaria colombiana que tuvo como albor una voz de protesta ante un presunto fraude en las elecciones para la presidencia programadas para el décimo noveno día del cuarto mes en el año 1970, circunstancia que lo hizo adoptar un corte rebelde con presencia política, y más adelante, de índole armada. Después de su sonada desmovilización, acogieron la tendencia política de izquierda, transformando así su nombre a AD-M19  (Alianza Democrática M-19), lo que hizo que el grupo ganara  una amplia popularidad, a tal grado de ser un cuerpo constituyente en 1991, cumpliendo así uno de sus  objetivos más significativos: “Protestar al gobierno de Colombia para el cambio de constitución y una Colombia con mayor democracia.” [1].Vale la pena resaltar lo mencionado por cierta publicación acerca de lo acontecido en un evento social que ocurrió en el proceso de divulgación del “nuevo partido”: El 29 de noviembre a la 20:00 horas, en el centro de convenciones Gonzalo Jiménez de quesada, el movimiento 19 de abril presento ante el país << La nueva alternativa política>>. `Mas que un partido´, fue el nuevo lema del M-19, que ese día se lanzo a la arena con una cena por la paz. (VILLAMIZAR Darío, “Aquel 19 será”, pág. 571). De hecho, fue descrito como "El Socialismo Científico" o “El Heavy Metal de la política nacional”, y combinó ideales de líderes como Fidel Castro y “El Che” Guevara. Lastimosamente (para muchos), desapareció a mediados de la década de los 90. ¿Por qué? Pues bien, ese es el tópico central de nuestro análisis, en el que observaremos actos poco peculiares por parte del M-19 y trataremos de interpretarlos como razones para el ocaso del mismo, y de seguro que compararlos con los hechos que le acaecieron al Imperio Griego nos va a ayudar bastante en esta empresa.
Lo que empieza mal…
El joven rey Alejandro Magno fue educado por el filósofo Aristóteles; este último quizá le inculcaba el valor de la organización de las ciudades-estado como medio de administración y el precepto de convertir en esclavos a los que no eran griegos. Seguramente esa clase de nociones formativas no eran del agrado de “El conquistador”, ya que este ambicionaba erigir un imperio descentralizado, donde floreciera la igualdad entre conquistadores y conquistados {Argumento de Bertrand Russell, filósofo del siglo XX}. Ciertamente parecía ser un objetivo muy loable para una gobernación, pero la realidad es que la iniciativa Alejandrina manifestada al principio de equidad social solo desencadenó problemas: desde la apertura de su monarquía hasta el final de la misma surgieron divisiones etno-raciales y políticas, todo por pretender brindar ecuanimidad a sus súbditos, quienes estaban en ansia constante de ventaja y poder. Quizá por eso sus cuatro generales cayeron “como aves de rapiña” en pos de la subdivisión imperial. En este caso se puede aplicar el dicho de dominio público: “Lo que empieza mal, termina mal”. ¿Acaso le sucedió algo semejante al M-19? ¡Desde luego! Los preludios de esa organización no evidenciaban una base firme como para un desenlace seguro. Note lo que menciona un afamado periódico al respecto:
“El `eme` empezó como una aventura confusa del populismo armado y acabó des-armado como una coalición electoral confusa: lo segundo venía implícito en lo primero. También y sobre todo hay que preguntarse qué pasó con la esperanza de los marginados, con el fervor de los movimientos sociales, con la ilusión de los intelectuales y con la democracia de verdad abierta que tanto necesitamos: porque el M-19 fue además todo eso. El eme se murió de ambigüedad. Mejor dicho, de doble ambigüedad: -Ambigüedad social. El M-19 siempre fue populista, es decir, siempre quiso ser la voz de los excluidos. De los excluidos de la Anapo y las Farc, que lo fundaron. De los indígenas, en sus tiempos caucanos. De los narcos, en sus andanzas guerrilleras. De los marginados urbanos, en sus épocas de Robin Hood. De los intelectuales y periodistas, excluidos por el bipartidismo. De la indignación moral, cuando Navarro se enfrentó a la corrupción. De la Costa Atlántica, en la última campaña. De las organizaciones populares, desde la Constituyente...Pero el M-19 no forjó una alianza duradera entre los excluidos: En cada etapa fue la voz de algunos de ellos, al precio de la callada deserción de otros. Y es porque sus intereses son demasiado contradictorios como para que funcione la alianza.-Ambigüedad funcional. El M-19 no quiso y no pudo ocupar el espacio que en Colombia tendría que ocupar la izquierda: el espacio escueto de la oposición. No quiso. Primero porque sus viejos fantasmas y el afán de volverse respetable le hicieron llenar sus listas con figurones de profesión. Y luego porque se quedó flotando en un duermevela de gobiernismo con remordimientos, atrapado de una mano por su solidaridad con la Constituyente, por su añoranza de burocracia y por la popularidad imbatible de Gaviria, pero agarrado de la otra por su pasado contestatario y por los obvios daños sociales del revolcón. Tampoco pudo. A pesar del flamante Artículo 112 de la Constitución y de la Ley de Partidos, en Colombia no hay lugar para la oposición. Y no es siquiera porque falten garantías. Es porque los dados van cargados de entrada .La verdadera oposición queda condenada a incursionar cada vez en esa tierra incógnita que son los golpes de opinión para atraer la prensa. Hasta que algún día se dé al trabajo de hacer las cosas como tocan: a construir un partido organizado y de abajo para arriba.” [2]
En efecto, así como  Alejandro tal vez no tuvo la fórmula precisa para manejar semejante pluralidad de personas (a pesar de su innegable carisma entre las masas), el “eme” tampoco pudo esgrimir semejante responsabilidad que le había sido impuesta, de ser la redención de una heterogeneidad de agentes sociales enorme. Quizá, si Alejandro hubiese guardado su papel de monarca severo no habría tenido que pasar por tanto “lagarteo” por parte de sus consejeros y generales; así mismo, el M-19 a la hora de abordar sus pretensiones  políticas no ocupó el lugar izquierdista que se esperaba que desempeñara, y por eso la pagó caro.de hecho, del fragmento anteriormente citado se puede desprender que las metas del grupo en cuestión no estaban definidas, y que inclusive eran contradictorias, hecho que lo llevó a la perdición. ¿Cómo puede entonces una organización armada, política o de cualquier otra idiosincrasia salir airosa de las huellas de la historia?
¿Jugaron bien el “Ajedrez electoral”?
Aunque Alejandro Magno comía con moderación, con el tiempo cayó ante el alcoholismo. Bajo los efectos del vino, hablaba sin cesar y alardeaba de sus conquistas. Uno de sus hechos más funestos fue el asesinato de su amigo Clito en un arrebato de cólera en plena borrachera. Las ansias de grandeza de “el Rubio” provocaron otros actos deplorables, todo gracias a que prestó oído a denuncias falsas e impuso castigos severos; un ejemplo de lo anterior es que en cierta ocasión lo indujeron a creer que Filotas (un buen compañero de batalla) estaba implicado en un atentado en contra de su vida, y en consecuencia, ordenó que tanto él como Parmenio (el padre de Filotas y antiguo consejero) fueran ejecutados, desconociendo así la fidelidad y alcurnia de estos dos eximios colaboradores. De seguro que a los ex militantes del eme se les hacen familiares escenas como esas, metafóricamente hablando. Verdaderamente entre los líderes de esa colectividad abundó el desconocimiento mutuo a nivel político, cosa que los condujo al estado de entropía estructural. Note como un analista gubernativo describió este importante aspecto:
“Las directivas del M-19 han incurrido en la estupidez de desconocer a sus miembros significativos. Es una lástima que un experimento político tan interesante como vislumbra ser el M-19 se esté desvaneciendo a medida que se realizan debates ante las cuales sus promotores no han sabido asumir una posición clara y convincente en el ajedrez electoral. Lo que el país ha venido observando es que a la Alianza Democrática ya no sólo se le fueron los votos sino la gente. En Colombia, al igual que en la novela Historia de Mayta, de Mario Vargas Llosa, la izquierda proveniente de los grupos reinsertados se dividió, subdividió, y ahora se disgrega en pequeñísimos sectores que pugnan por encarnar la verdad.” [3]  
Los hechos hablan por sí solos. Si nuestro monarca ejemplo no hubiese estado vez tras vez en estado de beodez muy probablemente no habría matado a Clito, ni se hubiera puesto a hablar sandeces, y si hubiese hecho caso omiso a esas calumnias en contra de Filotas, pues no lo habría matado; él hubiese gozado de sus cinco sentidos para exponer argumentos de manera clara, y por ende, no hubiese incurrido en el fatídico error de desconocer los años de servicio de sus compañeros de gesta, ¡Todo habría sido mejor! A modo de parangón y apoyándonos en la cita anterior, los líderes del  M-19  en ocasiones cruciales de exposición ideológica, no tuvieron la “lozanía y claridad” requerida como para optar por criterios, y no se desempeñaron con éxito en el arte de la política, eso sin contar con la ausencia de distinción reciproca entre líderes; ¿Acaso actos como esos no bajan la popularidad? Pues ese es uno de los principales motivos por los que el M-19 feneció.

El “show mediático” contraproducente
Nos encontramos ante el primer contraste entre el contexto Alejandrino y Abrilista: La popularidad. Alejandro contaba con el favor de los soldados, los matrimonios y hasta de sus conquistados, debido a que con actos de comprensión y respeto se lo ganó. ¿Cómo cuales? Verbigracia,  exoneraba a los huérfanos de guerreros de pagar impuestos, organizaba juegos y torneos para los soldados después de las batallas, e incluso les otorgaba licencias para que vieran a sus esposas en pleno periodo de beligerancia. ¿Tuvo el M-19 popularidad parecida? Sí, producto de la publicidad de los medios de comunicación y de sus propios ideales, los cuales para muchos eran refrescantes e innovadores. La diferencia a la que aludimos es que Alejandro supo de cierta manera preservar su reputación hasta el final, incluso a pesar de sus yerros, en tanto que el movimiento Abrilista no. Reflexione sobre esta cita:
“En los meses que han transcurrido desde la aprobación de la ley de amnistía hasta hoy, el M-19 habría sufrido un fuerte retroceso el su nivel de popularidad, y su imagen pública se habría deteriorado notablemente. Así lo atestiguan las cifras de una encuesta realizada por "Consumer" publicada recientemente en Cromos si la aceptación de que gozaba en septiembre de 1981 era de 18 puntos, en abril del 83 habría bajado a 13, mientras que el rechazo que suscita habría ascendido, en el mismo lapso de tiempo, de 16 puntos a 35. Evidentemente, ha habido un cambio brusco. ¿Cuándo se precipitó la curva hacia abajo? Todo se debió a la falta de claridad por parte de sus dirigentes a la hora de exponer sus argumentos frente a sus diversas acciones. Aunque no hay encuestas que la corroboren, es innegable que durante el período previo a la aprobación de la ley de amnistía, la popularidad del M-19 parecía llegar a la cima. Ante los ojos de la opinión pública tenía el aura que le daba el haberse constituido en la más vistosa oposición al gobierno de Turbay Ayala. La coyuntura parecía la más propicia para que el M-19 pudiera recoger la corriente de simpatía hasta ese momento dispersa que lo rodeaba, y canalizarla hacia un movimiento político de masas. La aparición de algunos de sus miembros en la legalidad, así como la salida de sus presos de la cárcel, tuvo un indudable impacto en la opinión pública. Cualquier frase de Bateman o de los demás dirigentes era reproducida a grandes titulares por la prensa, y la expectativa de los miles de colombianos ansiosos de paz se centraba en ellos.”  [4]
Nos hallamos ante la que quizás sea la clave de la desaparición del M-19: su recesión y caída de imagen mediática que sufrió. Las cifras mencionadas revelan que en tan solo dos años perdió 5 puntos estadísticos de favorabilidad, y en consecuencia, su desfavoravilidad aumentó 19 puntos estadísticos (cada punto estadístico equivale a miles de encuestados). ¿Y todo por qué? De nuevo por la falta de claridad en el momento de exponer argumentos políticos loables; al parecer antes de la amnistía que se le dio al grupo, solían ser más populares. ¡Es una lástima que semejante divulgación positiva se perdiera por motivos tan aparentemente superfluos como la falta de luminiscencia!
Un M-19 acéfalo  y desmembrado
Como lo mencionábamos al principio, el poderoso imperio Helénico se fragmentó en cuatro partes tras la muerte de Alejandro Magno y sus dos hijos. Cuando los cuatro generales sobresalientes consiguieron el poder, las cosas ya no fueron igual. Es como si Grecia se hubiese quedado sin cabeza. Y tal como un cuerpo sin cerebro no funciona, Grecia no fue la excepción, pues el último subreino Helénico en caer, el de Tolomeo, sucumbió ante Roma en el año 30 a.E.C. ¿Ocurrió algo parecido con el M-19? De nuevo la respuesta es afirmativa. Saque sus propias conclusiones a partir de estas dos citas de hemeroteca:
“Más de un mes demoraron las autoridades en reconocer a Israel Santamaría, uno de los fundadores del M-19, que murió en un combate en las montañas de Antioquia. Un helicóptero artillado de apoyo al Ejército, que le hacía frente a una columna combinada del M-19 y del EPL, hizo blanco en Santamaría destrozándolo por completo y dejándolo totalmente irreconocible. Santamaría se encontraba entre otros, con su compañera Tatiana, quien también sufrió desfiguración del rostro y perdió un ojo. Con la desaparición de Santamaría ya son nueve los muertos de los 22 que fundaron hace 16 años el M-19.[Adicionalmente], la muerte de Álvaro Fayad, comandante en jefe del M-19, no sólo es un rudo golpe para su propio grupo sino para la guerrilla en su conjunto. [5]
Cuando los grandes grupos al margen de la ley pierden a sus cabecillas, tienden a la entropía o descontrol; llegan a ser como un cuerpo acéfalo; la situación es aún más crítica cuando los que caen víctimas de la muerte son fundadores u hombres de arengas, como Santamaría y Fayad; ¿Por qué el M.19 habría de ser la excepción?
“La adhesión de varios de los antiguos miembros de la AD M-19 a la Alianza por Colombia, que lidera el candidato liberal Ernesto Samper, puso esta semana nuevamente en evidencia no sólo la crisis de ese proyecto político, sino la dispersión, al parecer definitiva, del único sector que en fecha reciente buscó con ahínco constituirse en tercera fuerza del panorama democrático colombiano. Tercera fuerza que llegó cargada de ímpetus e ideas, a comienzos de la década, a la Asamblea Nacional Constituyente y cuya eficacia política se ha ido desmoronando. Las cifras que las encuestas arrojan sobre la candidatura de Antonio Navarro (quien pasó de héroe de la Constituyente a único acusado de esta bancarrota) son elocuentes. De 13 puntos bajó a solamente 3.Muchos señalan a Navarro como el directo responsable. Aseveran que su autoritarismo dentro de la organización llevó a cerrar los canales de oxigenación, de participación y debate, al punto de convertirlo en un monólogo. La presentación de 12 listas de aspirantes quiere decir precisamente lo contrario del autoritarismo: indisciplina de los miembros de la agrupación. También fue víctima del boom publicitario, que se fue desvaneciendo. No pudo formular políticas y propuestas concretas. No tuvo la capacidad técnica ni administrativa a nuestro paso por el Ministerio de Salud para demostrar que eran diferentes.”[6]
En síntesis, podemos notar que al M-19 le acaeció algo sumamente grave para un movimiento de índole política: el desmembramiento; y en el caso del grupo en discordia esto ocurrió de manera descarada, pues la unión de ex militantes a otras corrientes políticas fue desvergonzada, y dejó muy mal parada la imagen del eme frente a la opinión pública, y estas aseveraciones son respaldadas por cifras.
¡Qué lástima, qué lástima!
Cuando nos ponemos a reflexionar en la grandeza del imperio Helénico en sus mejores épocas (las de Alejandro rey), ¿acaso no nos da nostalgia de apreciar la prosperidad marchita? Pues algo similar les ocurre a los que se ponen a lamentarse por la suerte del M-19. Quizá tuvieron oportunidades de reivindicación, como cierto tratado de paz; Un libro muy interesante menciona:
“Los hechos de violencia, al igual que las actitudes de aislados  <<enemigos agazapados de la paz>>, estaban llevando el proceso a un estancamiento.”[7]
Valdría la pena preguntarnos…Sin todas esa torpezas de los ex militantes del Grupo guerrillero “sentado en el banquillo de los juzgados”, ¿Hubiese salido algo bueno para el país por parte de la Alianza democrática M-19? Ese es un tema digno de análisis en posteriores ocasiones.


BIBLIOGRAFÍA
[1] Wikipedia, “la enciclopedia libre”: palabra clave: M-19
[2] EL OCASO DEL M-19, Archivo del TIEMPO, Sección de Opinión, 5 de abril de 1994
[3] EL M-19 SIN NORTE, Archivo del TIEMPO, Sección de Opinión, 12 Febrero de 1992
[4] ¿ESTÁ DIVIDIDO EL M-19?, Archivo Revista SEMANA, Sección política, Lunes 18 de julio de 1983
[5] LA LENTA  MUERTE DEL M-19, Archivos Revista CAMBIO,  Sección de Opinión, 14 de abril de 1986
[6] LA DESBANDADA EN AD M-19, Archivo del TIEMPO, Sección de Política, 8 de mayo de 1994
[7] VILLAMIZAR Darío, “Aquel 19 será”, pág. 566


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